domingo, 20 de mayo de 2007

Bienvenidos


Por fin me he decidido a empezar el blog, aprovechando el estado de convalecencia en que me encuentro.
La causa de todos mis males es un pequeño sialolito (un cuerpo inorgánico cristalino de fosfato de calcio, magnesio, carbonato y amonio, y una matriz orgánica de carbohidratos y aminoácidos) que me ha obstruido el canal de Wharton y me ha causado una infección en la glándula salival submaxilar derecha. Es decir, que tengo una piedra en la glándula salival, algo de lo que nunca antes había oído hablar.
Sólo tengo molestias cuando como, porque la glándula en cuestión se acuerda de su trabajo y empieza a fabricar saliva a todo gas, lo cual es bastante doloroso. Pero el problema no es ese. El verdadero problema es que me siento como el fantasma de la ópera. Mi cara es totalmente asimétrica: la parte izquierda es la de siempre, pero la derecha es un globo aerostático: la cara y el cuello forman un semicírculo perfecto y la oreja parece que vaya a echar a volar de un momento a otro. Es porque la saliva que no puede salir por su orificio normal se acumula y hace presión sobre todo lo que hay a su alrededor (incluida mi pobre oreja).
Que conste que he aprendido la lección. Cuando mi cara vuelva a su estado normal, NUNCA MÁS me sentiré acomplejada por detalles insignificantes (granos, arrugas u otras nimiedades), porque no es nada comparado con una glándula fastidiosa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Eleeeeeeeeeeeee!!! tia!! cuánto tiempo!! qué tal todo?? jo.. no sabía que estabas tan malita... espero que te recuperes pronto!!
besines y bienvenida de nuevo al mundo de los blogs!!!! jiji!!
muaks